Brasil investe na produção de uvas utilizando bio-insumos
La producción sostenible de frutas siempre ha sido una preocupación y una meta para los productores brasileños. Brasil es, actualmente, uno de los principales actores y exportadores de frutas del mundo, por lo que los fruticultores han optado cada vez más prácticas que aseguren una agricultura que ahorre recursos, reduzcan la emisión de carbono a la atmósfera para que, así, se reduzca el efecto invernadero y se preserve el medio ambiente en que se insertan. Los productores, también, se comprometen con los aspectos de seguridad para el consumo de los frutos que se han producidos, pues se fijan en el tema de los residuos de pesticidas y buscan, en la medida de lo técnicamente posible, sustituir los productos químicos por sistemas integrados de control de plagas y de enfermedades que ofrezcan mayor seguridad al consumidor.
El uso de bioinsumos, en la producción de frutas, es una de estas prácticas que se utiliza, especialmente, en la viticultura. Según datos del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Abastecimiento (Mapa), ha habido un incremento de más del 30% en el uso de bioinsumos en los últimos 2 años. Y aún según datos de Embrapa, la producción de uvas, en Brasil, significa más de 1,5 millones de toneladas/año, de las cuales el 50% se destina a procesamiento para la elaboración de vinos, jugos y otros derivados, y los otros 50% se comercializa para consumo in natura. El fruto ocupa una superficie de aproximadamente 78 mil hectáreas, con viñedos que están en todo el territorio nacional.
“El gran volumen de exportaciones de uva brasileña hace necesario para igualar y crear estrategias inteligentes y para que, también, se logre la sostenibilidad económica del sector. El uso de bioinsumos es un gran aliado, ya que reduce el costo de producción, ofrece control de plagas y enfermedades, ayuda en la fertilidad del suelo, en la nutrición de las plantas y en los estreses abióticos, además de no ser tóxico, lo que hace que los productos sean aún más seguros para el consumo”, explica Jorge de Souza, el responsable del Proyecto Frutas do Brasil, de Abrafrutas.
¿Qué son los bioinsumos?
Los bioinsumos son las semillas, los fertilizantes, los productos para la nutrición vegetal y animal, los pesticidas biológicos que son elaborados a partir de microorganismos para el control de plagas y enfermedades de las plantas e, incluso, los productos herbarios o las tecnologías que tengan activos biológicos en su composición. Y, Los inoculantes son productos, procesos o tecnologías que contienen microorganismos que son aplicados para estimular el desarrollo de las plantas.
Los bioinsumos se pueden utilizar durante todo el ciclo del cultivo, incluso en periodos de precosecha y durante la cosecha, sin riesgo de residuos que puedan afectar a la salud del consumidor final. El proceso de producción de estos bioinsumos, también, contribuye a la reducción del cambio climático, ya que emite mucho menos carbono que el proceso de fabricación de productos químicos fitosanitarios. “Hoy, gracias al crecimiento de la industria de productos ORGÁNICOS y naturales, es posible combatir a las plagas y a las enfermedades y reducir la cantidad de fertilizantes, produciendo alimentos libres de residuos. Utilizamos la propia naturaleza para hacer que la agricultura sea más sostenible y rentable”, celebra Antônio Zem, el director general de Biotrop, una empresa brasileña que trabaja con foco en la investigación y en el desarrollo de soluciones innovadoras, con el objetivo de contribuir a una agricultura más sostenible, sana y regeneradora. Antônio también es productor de uva de mesa en el mayor centro de producción de esta fruta en Brasil, en Valle del Río São Francisco, en la región semiárida de Brasil.
Más de 30 años de investigaciones
En Brasil, existen varios frentes de investigación y promoción del uso de bioinsumos. Embrapa invierte en investigaciones de control biológico desde la década de 1980. Existen alrededor de 30 unidades en diversas regiones brasileñas, donde la premisa básica es controlar enfermedades y plagas agrícolas, así como insectos transmisores de enfermedades, con el uso de sus antagonistas y enemigos naturales. Es un método de control racional y saludable que no deja residuos en los alimentos y es inocuo para el medio ambiente y para la salud de la población.
También está el Programa Nacional de Bioinsumos del Ministerio de Agricultura, que tiene como objetivo ampliar y fortalecer el uso de esos productos para promover el desarrollo sostenible de la agricultura brasileña. A través de dicho programa es posible acceder, por la aplicación, a la lista de productos de origen biológico, indicados para cada fin, de los que son la nutrición, el control de plagas y enfermedades, entre otros. La idea es consolidar un catálogo nacional de insumos biológicos para facilitar el acceso a una amplia base de información, de manera fácil, rápida y gratuita, además de su uso en la producción agropecuaria, en el almacenamiento y en el procesamiento de productos agropecuarios.
El fortalecimiento del uso de bioinsumos en la agricultura brasileña sigue una tendencia mundial en el sector agrícola en la búsqueda de aumento de la productividad, combinado con la reducción de costos y el desarrollo de sistemas de plantación, basados en recursos más sostenibles. La evaluación se hace por el secretario de Innovación, Fernando Camargo, al proyectar avances en la sustentabilidad de la agricultura brasileña.
Según el Programa Nacional de Bioinsumos, se ha incrementado el número de pesticidas biológicos que se han registrado en el ministerio. Son 265 productos, entre bioacaricidas, bioinsecticidas, biofungicidas y bioformicidas, y 315 inoculantes, un insumo biológico que contiene microorganismos con acción beneficiosa para el crecimiento vegetal.
El registro de un pesticida, en Brasil, pasa por procedimientos de evaluación de eficacia y aplicación en campo que son evaluados por el Ministerio de Agricultura, Pecuaria y Abastecimiento (MAPA). En cuanto al grado de toxicidad para los humanos, el análisis es responsabilidad de la Agencia Nacional de Vigilancia Sanitaria (Anvisa) y la evaluación de los impactos toxicológicos en el medio ambiente es responsabilidad del Instituto Brasileño de Medio Ambiente y Recursos Naturales Renovables (Ibama).
La producción de frutas en Brasil es sostenible, segura, además de muy saludable y con una gran diversidad de sabores increíbles y exóticos.