06 de mayo de 2025

La irrigación ha desempeñado un papel fundamental en la transformación de la fruticultura en el sertón del nordeste, especialmente en regiones como el Valle del San Francisco. La adopción de sistemas modernos, como la irrigación por goteo, permitió que culturas como la uva, el mango y el melón prosperasen incluso con condiciones climáticas adversas.

En 2025, la fruticultura de regadío en el Nordeste brasileño registró un crecimiento significativo, ya en los primeros meses del año. Según datos de la Asociación Brasileña de Productores y Exportadores de Frutas y Derivados (Abrafrutas), las exportaciones brasileñas de frutas alcanzaron las 293 mil toneladas, un crecimiento del 24% en comparación con el mismo período del año anterior. Este crecimiento se atribuye, en gran parte, a la eficiencia de los sistemas de irrigación, que garantizan la provisión adecuada de agua y nutrientes para las plantas, resultando en frutas de alta calidad y estándar de exportación.

La irrigación por goteo, en particular, se ha destacado por su capacidad de proveer agua y nutrientes directamente a las raíces de las plantas, reduciendo el desperdicio y minimizando la aparición de enfermedades. Además de los beneficios agronómicos, la expansión de la irrigación ha generado impactos socioeconómicos positivos. El año pasado, los proyectos públicos de irrigación mantenidos por la Compañía de Desarrollo de los Valles de los ríos San Francisco y Parnaíba (Codevasf) alcanzaron un valor bruto de producción de R$ 8150 millones, representando un aumento de 43% cuando comparados con el año anterior. Estos proyectos fueron también responsables por la generación de 356 mil empleos directos, indirectos e inducidos.

Se estima que la región posee capacidad para irrigar até 3,3 millones de hectáreas, lo que podría multiplicar la producción agrícola sin la necesidad de desmonte, utilizando áreas ya destinadas a la agricultura. Esta perspectiva refuerza la importancia de inversiones continuas en infraestructura hídrica y tecnologías de irrigación para sustentar el crecimiento de la fruticultura en la región.