21 de mayo de 2024

Es de conocimiento general el papel que las abejas desempeñan en la polinización, pero ¿sabías que tienen un papel vital en la fruticultura brasileña? Según el Informe Temático sobre Polinización, Polinizadores y Producción de Alimentos en Brasil, publicado en 2018, estos insectos agregan R$43 mil millones por año a la agricultura, más allá de la simple producción de miel, y son piezas clave en el mantenimiento de la biodiversidad.

Toda esta relevancia se celebra el 20 de mayo, Día Mundial de las Abejas. Durante esta semana conmemorativa, no podíamos dejar de compartir el hecho de que varios productores brasileños trabajan en colaboración con la apicultura para mejorar y asegurar la producción de frutas de calidad, reconociendo el trabajo indispensable de las abejas.

Hoy, alrededor del 85% de los cultivos cultivados por los humanos dependen de la polinización externa realizada por las abejas, independientemente de cómo o dónde vivan: colmenas o especies solitarias. Desempeñan un papel fundamental en la polinización de muchos cultivos frutales, incluyendo melón, aguacate, naranja, manzana, fresa y otros. Sin la polinización eficiente de las abejas, muchos de estos cultivos enfrentarían serios desafíos en la producción. Brasil alberga una impresionante diversidad de especies de abejas, desde las conocidas Apis mellifera hasta las especies nativas sin aguijón como Melipona. Estas diferentes especies tienen adaptaciones únicas y pueden desempeñar roles específicos en la polinización de diferentes plantas, y estos pequeños insectos ahora enfrentan la amenaza inminente de extinción.

Los productores brasileños reconocen la importancia de las abejas en la fruticultura e implementan varias estrategias para promover su presencia y salud. Esto incluye el mantenimiento de colmenas en áreas cercanas a las plantaciones, el suministro de fuentes de alimento durante todo el año y la minimización del uso de pesticidas dañinos para las abejas. Además, muchos productores adoptan prácticas de agricultura orgánica, que son menos perjudiciales para las poblaciones de abejas y otros polinizadores.

Más allá de la producción

Además de su impacto económico en la fruticultura, las abejas también son esenciales para la preservación ambiental, contribuyendo al mantenimiento de la diversidad genética de las plantas y promoviendo ecosistemas saludables y resilientes. El aumento de la conciencia sobre su importancia ha llevado a la protección de hábitats naturales y a la implementación de políticas de conservación, fundamentales para garantizar la supervivencia no solo de las abejas, sino también de la biodiversidad en su conjunto.

Las abejas son verdaderas heroínas silenciosas de la fruticultura brasileña y la colaboración entre la fruticultura y la apicultura destaca el compromiso conjunto de garantizar la calidad y sostenibilidad de la producción de frutas en el país.